Neurobiología de la adicción

Los aspectos neurobiológicos de la adicción a las drogas y al alcohol y el tratamiento farmacológico de este trastorno fueron analizados por el Prof. Cecilio Álamo, catedrático de Farmacología de la Universidad de Alcalá de Henares (Madrid), en la sesión “Neurobiología de la adicción hasta la recuperación”, celebrada en Segovia el pasado mes de mayo en el marco de las jornadas que llevaron por título “Abordaje integral del trastorno por consumo de alcohol”.

Aseguró el experto que no existen adicciones en las que el sistema opioide no esté implicado, si bien también participan otros sistemas de neurotransmisores en el SNC, tales como el glutamatérgico, gabaérgico, dopaminérgico, serotoninérgico, noradrenérgico y del calcio. “En las relaciones entre los distintos sistemas en el SNC implicados en las adicciones, los opioides tienen una gran relevancia”, señaló.                 

La dopamina en el ciclo de la adiccción

La dopamina tiene una gran importancia en el ciclo de la adicción. El alcohol produce euforia y un refuerzo positivo debido a que entre otros factores, libera opioides endógenos que a través de la inhibición de la neurona gabaérgica inducen la liberación de dopamina en el núcleo accumbens. Además del componente hedónico, la dopamina favorece la actividad psíquica y física para la búsqueda y obtención de la droga. Para liberar dopamina, indicó el Prof. Álamo, no es necesario consumir alcohol, pues la visualización de éste ya es suficiente para liberar este neurotransmisor.

Tratamiento farmacológico de la adicción

En las adicciones, la recompensa social y derivada de la droga está mediada por el aumento de la función del receptor opioide mu (μ) y por la disminución del receptor kappa (κ). La compulsividad y la impulsividad está mediada por el receptor mu (μ), si  bien esta última también está mediada por la disminución del receptor delta (δ). Así pues, es posible utilizar estos receptores como dianas terapéuticas, mediante el uso de los fármacos naloxona, naltrexona y nalmefeno.

Nalmefeno tiene un perfil receptorial sobre los receptores opioides muy característico. Es un antagonista potente del receptor mu (μ) y un agonista parcial del receptor kappa (κ). A dosis elevadas actúa también sobre el receptor delta (δ).

El Prof. Álamo recalcó que el agonismo parcial de nalmefeno sobre el receptor kappa (κ) es muy importante porque impide la fluctuación (hiperestimulación o inhibición total) en este receptor, que a su vez está relacionada con la liberación de dopamina, responsable del aumento del craving y la actividad psicológica y física para obtener la droga. “El control del receptor kappa (κ) tiene una gran relevancia pues permite que el paciente se encuentra bien, al no presentar euforia pero tampoco disforia”, añadió.

Nalmefeno disminuye 10 veces más que naltrexona las propiedades de refuerzo en ratas dependientes, lo que pone en evidencia el papel motivacional de los receptores opioides kappa (κ).

La ocupación de receptores mu (μ) por nalmefeno es del 100% a las 3 horas manteniéndose una tasa de ocupación receptorial a nivel talámico superiores al 75% a las 24 horas, incluso con niveles plasmáticos muy bajos de este antagonista opioide. Esta propiedades farmacológicas permiten la administración de nalmefeno cada 24 horas.

Así mismo, nalmefeno tiene una ocupación media de los receptores opioides de 28,7 horas mientras que naloxona es únicamente de 2 horas.

“Por tanto, a diferencia de naloxona, la eficacia de nalmefeno en el priming y en el craving no se ve afectada por el momento del día en que se produzca el consumo” 
Prof. Álamo.

A pesar de ser ambos antagonistas de los receptores opioides existen diferencias farmacodinámicas y farmacocinéticas relevantes entre nalmefeno y naltrexona. Nalmefeno es un antagonista de los receptores mu (μ) y un antagonista parcial de los receptores kappa (κ) mientras que naltrexona solo actúa sobre los receptores mu (μ). Además, nalmefeno presenta una vida media más prolongada y mayor biodisponibilidad que naltrexona, especialmente a nivel del SNC. Así mismo, nalmefeno puede ser empleado preventivamente a demanda del paciente y es mejor tolerado desde el punto de vista hepático.

En un metanálisis publicado por K. Mann et al. en 2016 de ensayos clínicos en pacientes con trastorno por consumo de alcohol, nalmefeno fue superior a los fármacos comparados en todos los ensayos en la disminución de la dosis diaria consumida de alcohol.

“Nalmefeno es una herramienta sumamente útil para el tratamiento del trastorno por consumo de alcohol, pues actúa sobre el receptor mu (μ) y sobre el receptor kappa (κ), de forma que ni aumenta ni disminuye la liberación de dopamina”, concluyó el Prof. Álamo.